Empezaremos por las ciudades más populares: Berlín, Múnich, Frankfurt, Colonia o Hamburgo. ¿Sabías que en todas ellas hay muchas cosas que puedes hacer gratis o a bajo coste? Te cuento algunas de mis experiencias.
En la capital, no te puedes perder el Muro de Berlín y la East Side Gallery, donde puedes apreciar grafitis de gran calidad y con mucha historia detrás. El Memorial del Holocausto es otro lugar histórico importante para visitar junto con varios museos que nos cuentan el triste pasado del país. Además, Berlín cuenta con numerosos parques donde puedes hacer picnics, como el Tiergarten o el Tempelhofer Feld ¡un planazo para pasar el día!
Múnich es genial durante el Oktoberfest aunque si no te gustan las multitudes mejor venir en otra época del año. No te pierdas el Olympiapark construido en el 72 para los Juegos Olímpicos.
Frankfurt, es la ciudad de los rascacielos pero también tiene un centro histórico más tradicional con las típicas casas de entramado de madera. Si os gusta la literatura, visitad la casa de Goethe y para tener unas vistas espectaculares de la ciudad, subid a la plataforma de observación de la Main Tower (aunque a mí personalmente me gustó más la vista desde la Catedral).
Colonia, famosa por su impresionante Catedral. Sube hasta su plataforma de observación para las mejores vistas. Otro icono es el Hohenzollernbrücke, el famoso puente de Colonia, donde la gente suele dejar candados del amor (no lo recomiendo porque es una actividad que acaba dañando los elementos del espacio urbano). Acabamos en el Museo del Chocolate que puede ser una parada muy interesante si viajas con niños.
Hamburgo, la ciudad de los canales, es otra de mis favoritas. El Speicherstadt es un lugar muy original con almacenes reconvertidos en museos, cafeterías y tiendas. Además, no te pierdas una visita al puerto y el mercado del pescado. Si te gusta salir por la noche, la Reeperbahn es el lugar perfecto pero los diurnos como yo disfrutamos más el Miniatur-Wunderland.
En cuanto a la gastronomía, no te preocupes pues Alemania ofrece más que salchichas y chucrut. Nosotros siempre encontramos opciones más económicas en mercadillos y restaurantes locales fuera del circuito turístico.
Sigue leyendo porque más abajo te dejo más información sobre cada ciudad.
¡Prepara tu viaje y disfruta de Alemania! ¿Qué visitar?
Berlín es un lugar cargado de historia, pero no pienses que eso es todo. ¿Qué tal una foto cerca del Muro de Berlín o en la Puerta de Brandeburgo? Si te mola el rollo alternativo, no te pierdas el barrio de Kreuzberg, lleno de arte urbano y comida callejera baratísima. Además, muchos museos tienen días gratuitos o descuentos si eres estudiante. ¡No hay excusas!
Qué ver en Berlín: mi Guía Low Cost con los Mejores Lugares
Múnich es conocida por la cerveza y el Oktoberfest, pero hay mucho más. Marienplatz es el corazón de la ciudad, donde se encuentra el Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus) y su fotografiado carrillón. Si te interesa la historia, puedes visitar un palacio enorme antigua residencia de los reyes de Baviera: la Residenz. El Englischer Garten es un parque enorme donde puedes incluso ver surfistas en el río Eisbach. ¿Y el castillo de Neuschwanstein? Aunque está a un par de horas, merece la pena venir. Eso sí, cerca de Múnich también conoceremos el lado más oscuro de Alemania en Dachau.
Qué ver en Múnich: mi Guía Low Cost con los Mejores Lugares
Hamburgo tiene un aire diferente, con su puerto y sus canales. St. Pauli es el barrio con más marcha si te mola la música, con bares y clubs para todos los gustos. También puedes explorar Speicherstadt, el barrio de almacenes, con un toque industrial.
Qué ver en Hamburgo: mi Guía Low Cost con los Mejores Lugares
Si buscas algo más tranquilo, vete directo a la Selva Negra. Aquí todo es naturaleza, senderos y pueblecitos como Triberg, famoso por sus relojes de cuco. Pero hay más, Baden-Baden o Gengenbach, que parece sacado de un calendario de Adviento. Añade Calw, cuna de Hermann Hesse, y Schiltach, con sus casas de entramado de madera. También están Staufen im Breisgau, donde se dice que vivió el Dr. Fausto; Baiersbronn, ideal para senderistas; y Sasbachwalden, rodeado de viñedos. Completa tu ruta con Titisee-Neustadt, junto a un lago encantador, y Dornstetten, con su casco histórico medieval.
Dresde es menos famosa, pero vaya si merece la pena. La ciudad fue reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial y ahora es un lugar donde puedes pasear entre edificios barrocos y mercados callejeros.
Frankfurt puede parecer súper moderna con sus rascacielos, pero no te dejes engañar: esta ciudad tiene mucho más. Dirígete al Römerberg, la plaza principal, donde las casas medievales reconstruidas tras la Segunda Guerra Mundial son las protagonistas. Para comer barato, lánzate a probar la famosa Apfelwein (vino de manzana) en alguno de los bares locales del barrio de Sachsenhausen.
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Colonia tiene un edificio icónico: su Catedral (Kölner Dom). Es de entrada libre, aunque si te animas a subir a la torre tendrás que pagar la entrada. Las vistas del Rin son espectaculares. Hablando del río, no te pierdas un paseo por el Rheinauhafen y también puedes cruzar el puente Hohenzollern y ver los miles de candados que las parejas han dejado allí. Para los más golosos, el Museo del Chocolate es un plan perfecto.
Qué ver en Colonia: mi Guía Low Cost con los Mejores Lugares
